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¿QUÉ QUERÉS ESTUDIAR O DE QUÉ QUERÉS TRABAJAR?
Conocer los planes educativos antes de elegir qué y dónde estudiar es fundamental. Pero no alcanza
con lo que dicen los papeles o las pantallas. También nos conviene conocer el perfil de quienes
egresan, los ámbitos de trabajo y la salida laboral que tienen las carreras que nos interesan.
Pensar dónde y cómo queremos trabajar, cómo queremos vivir y qué proyectos queremos llevar adelante
nos puede orientar en esta decisión en nuestro presente, mirando también hacia el futuro.
Hablar con algún o alguna profesional seguramente nos dé una visión más concreta de cómo es su
rutina laboral. ¿Cómo es su lugar de trabajo? ¿Es en una empresa, en una oficina, en un laboratorio,
en una planta industrial, en una obra? ¿Lo hace en equipo o de forma solitaria? ¿Trabaja al aire
libre? ¿Viaja y conoce distintos lugares? ¿Qué objetos son indispensables (por ejemplo, tubos de
ensayo, un casco, una computadora, libros, máquinas)? ¿Qué tecnología utiliza? ¿Qué tipo de desafíos
o problemas busca resolver? ¡Toda esta información te va a ayudar a imaginar uno de esos días!
Además, te recomendamos acercarte a las universidades, caminar por sus pasillos, entrar en sus
aulas, es decir, estar en el ambiente de estudio. Muchas de ellas tienen departamentos de
orientación vocacional y organizan actividades para dar a conocer las carreras, como charlas, ferias
y talleres. Esos espacios tienen la ventaja de que vas a poder conversar con estudiantes que están
por terminar, docentes o referentes. A su vez, en sus páginas web hay entrevistas y mucha
información disponible en línea que podés consultar antes o después de la visita.
Muy probablemente, escuchar la voz de quienes ya pasaron por el lugar en el que estás ahora –con sus
anécdotas, sus consejos, su experiencia–, te va a ayudar a contar con ideas más claras y visualizar
lo que se viene después de estudiar, es decir, proyectarte en trabajos posibles, que es un paso
indispensable para poder elegir.